Seguramente alguna vez hayas escuchado o tú mismo te hayas dado cuenta en algún viaje al extranjero, de la escasez de persianas en otros países.

Y es que en realidad, España es el país en el que este tipo de producto se instala con más asiduidad, casi en el 90% de las viviendas. En comparación con otros países en los que este porcentaje en algunos casos no llega ni al 25%.

PROCEDENCIA DE LAS PERSIANAS.    

Como la propia palabra indica, tiene procedencia Persa. El nombre de persianas, se les dio ya que fueron introducidas en Europa (siglo XVIII), gracias a los comerciantes que las traían desde Persia.

En su origen, la persiana contaba con una serie de varillas de caña, dispuestas a modo de estor. Años más tarde en Londres, se comenzó a fabricar de manera industrial para a finales del siglo XVIII, lanzar el producto en Norteamérica y comenzar a afianzarse a nivel global gracias a las mejoras del cordón sin fin y la polea.

La innovación del producto dio otro salto hacia adelante en el siglo XX, con el cambio en la fabricación a materiales más resistentes y económicos como fibras, PVC y metales.

¿POR QUÉ SON DE USO COMUN EN ESPAÑA?

La persiana tiene principalmente dos características, privacidad y protección solar. En lo que a protección solar concierne, es evidente que España cuenta con un alto promedio de horas de luz a lo largo del año (entre 2500 y 3000, casi el doble si lo comparamos con países como Holanda o Reino Unido).

En cuanto a la privacidad, España cuenta con un legado árabe de discreción y privacidad una vez te encuentras dentro del hogar, que se vio reforzado con la posterior ética cristiana del temor al ¿Qué dirán?, incentivando el aislamiento visual del interior del hogar para evitar las miradas críticas.

Al contrario que en España, los países centroeuropeos cuentan con una visión calvinista, que promulga la apertura del hogar hacia el exterior como señal de transparencia, dando a entender la honestidad y la predisposición a mostrarse tal como son.

Por estos motivos, se puede llegar a la conclusión de que el uso de la persiana en España, se debe más a una cuestión cultural de privacidad que al clima. Una situación que apoya aún más esto, es la situación común en la que un familiar te dice, “Baja la persiana, que esto parece un escaparate”.